jueves, 11 de octubre de 2007

Víctimas del sistema inmunológico
Las colagenosis se caracterizan por una reacción autoinmune dirigida contra las fibras de colágeno ubicadas en distintos tejidos del organismo. Si bien no tienen cura, existen distintos tratamientos para cada una de estas afecciones. El denominador común para todas las afecciones autoinmunes es que el propio sistema inmunológíco del paciente se confunde por alguna razón (hasta ahora desconocida) y ataca a ciertas células.
Son enfermedades de tipo crónico y autoinmune; en ellas entran en juego una cantidad de mecanismos inmunológicos que participan de un proceso de autoagresión protagonizado por los anticuerpos del paciente contra su propio organismo.
En la mayoría de los casos, estas enfermedades tienen manifestaciones severas, y en algunos casos pueden llegar a causar la muerte de los pacientes. Además de ser autoinmunes, todas ellas tienen en común el ser afecciones en las que los que se ven atacados son los tejidos de sostén o tejidos conectivos del organismo que contienen fibras de colágeno: las articulaciones, la piel, los vasos sanguíneos, los riñones, el corazón, el cerebro, etc.
Las enfermedades del colágeno más frecuentes son el lupus eritematoso, la dermatomiocitis, la esclerodermia, la poliarteritis y la artritis reumatoidea.
Las más frecuentes
El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por episodios de inflamación que afectan las articulaciones, los tendones y otros tejidos conectivos y órganos (piel, cerebro, etc.). Alrededor del 90% de quienes padecen lupus son mujeres de 20 a 30 años, una enfermedad que puede manifestarse tanto de modo leve, severo e incapacitante o incluso mortal. Si bien puede manifestarse en forma crónica y persistente, por lo general se presenta de modo intermitente.
En cuanto a la dermatomiositis, ésta es una enfermedad crónica del tejido conectivo que se presenta acompañada por una inflamación de la piel. Generalmente se manifiesta entre los 40 y los 60 años de edad, o en niños de 5 a 15 años, y es más frecuente en las mujeres. Los síntomas (debilidad muscular, dolor articular y muscular, erupciones cutáneas, dificultada para deglutir, fiebre, cansancio y pérdida de peso) suelen aparecer durante o inmediatamente después de una infección, para luego evolucionar hacia la incapacidad muscular, debilidad (particularmente en los hombros y las caderas) y deterioro.
La esclerodermia es una enfermedad crónica que se define tanto por cambios degenerativos y un endurecimiento de los tejidos de la piel, las articulaciones y los órganos internos, como por la dureza y el engrosamiento anormal de las paredes de los vasos sanguíneos. Sus síntomas iniciales suelen ser el engrosamiento y la hinchazón de las puntas de los dedos; estos síntomas suelen acompañarse por dolores en las articulaciones. A medida que la enfermedad evoluciona la piel se vuelve tensa, brillante y más oscura, aparecen venas con forma de araña en los dedos, el pecho, labios y lengua.
La poliarteritis nudosa es una enfermedad en la que segmentos de las arterias de mediano tamaño se inflaman y se lesionan, y reducen el suministro de sangre a los órganos que alimentan. De no tratarse en forma adecuada, esta afección que se desarrolla generalmente entre los 40 y los 50 años de edad puede causar la muerte del paciente. La fiebre suele ser el síntoma inicial de la poliarteritis, junto con dolor abdominal, rigidez y hormigueo en las manos y los pies, debilidad y pérdida de peso.
Por último, la artritis reumatoidea afecta principalmente a las articulaciones, generalmente de modo simétrico, y en especial a las de manos y pies, causa hinchazón, dolor y, finalmente, la destrucción definitiva del interior de la articulación, que se traduce en la deformación y la rigidez de las mismas. Se estima que alrededor del 1% de la población general padece esta enfermedad que suele aparecer entre los 25 y los 50 años de edad, y cuyos síntomas pueden presentarse en forma súbita con la inflamación de muchas articulaciones a la vez, o en forma progresiva, afectando gradualmente a las distintas articulaciones.
Causas desconocidas
Por ahora se desconoce el mecanismo por el cual se producen las colagenosis. En algunos casos, se habla de reacciones del organismo a infecciones en las que intervienen ciertos virus o, en el caso de mujeres embarazadas, se ha descubierto que hay una reacción del sistema inmunológico ante ciertas células provenientes del bebé en gestación.
Si bien no se sabe qué es lo que produce estas enfermedades, se piensa que hay muchos factores que entran en juego: desde el estrés hasta la participación de ciertos virus en el comienzo de la enfermedad como, por ejemplo, el herpes; también se sabe que debe haber algún factor de tipo genético que predisponga a padecer la enfermedad.
También el sexo puede jugar un papel de gatillo en estas enfermedades, pues el estrógeno es un factor que favorece la respuesta inmunológica mientras que el andrógeno tiene un efecto contrario. En el caso de la artritis reumatoidea, por ejemplo, por cada hombre afectado por esta enfermedad hay tres mujeres en la misma situación.
Tratamientos diferenciales
Cada una de estas enfermedades tiene su propio tratamiento. El problema es que al conocerse qué es lo que causa las colagenosis, todos los tratamientos se dirigen tan sólo a tratar los síntomas. Por el momento, estas enfermedades no tienen cura. Las colagenosis son enfermedades que deben ser tratadas en forma multidisciplinaria, por un equipo médico en el cual un clínico sea el coordinador y que aporte una visión globalizadora de las enfermedades que aqueja a los pacientes. Según la manifestación de la colagenosis en cada caso en particular, el equipo médico debe contar con un dermatólogo o un geriatra. 2007

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